8.08.2011

-Justiniano, Justiniano. ¡Un poco más hacia la izquierda!

Él obedeció inmediatamente. Había estado varias horas de pie estoicamente, aguantando la misma posición.
Llevaba bastantes días haciendo lo mismo y no sabía si podría aguantar durante una semana más.

Tenía que ir vestido para la ocasión. No le gustaba tener que llevar puestas unas vestimentas concretas, ni tampoco que le obligaran a ello. Prefería algo más casual y con pocos adornos.

Detrás de él había algunas personas, todas ellas varones. Eran muy bien conocidos por las personas que vivían por la zona. Justiniano había querido incluirles porque le sirvieron de gran ayuda a la hora de escribir los libros los cuales, más adelante, se recopilarían.
Entre todos ellos destacaba uno, su mejor amigo, Max. Le había empujado a meterse en ese mundillo, para cumplir lo que él siempre había soñado.

Por otra parte y siempre presente, se encontraba su compañera como él la llamaba. Parecían de la misma edad, quizá él unos años más pequeño que ella, morena, con ojos oscuros. Antes de estar con él, se había dedicado a ser actriz. Para él, era su apoyo incondicionable, su sustento.

A Justiniano o Justin (para los americanos) le empezó a doler la cabeza estaba pensando en su tocayo y su mujer, Teodora, y las teselas que había observado hace dos días en el tour que había realizado por toda Italia. Su novia, Selena, se encontraba a su lado, estaban en un photocall de un recién estrenado Macy’s en Los Ángeles.

7.30.2011

Lost In The City

Madrid. Verano. Un madrileño de pro conoce muy bien la relación que hay entre las dos palabras anteriores. Calor, mucho calor. Es decir, 35º a la sombra en pleno Paseo de la Castellana.

Sin embargo, una pareja de americanos se perdieron por la capital de España. Su GPS se había quedado sin batería y no sabían cómo interpretar un mapa. Intentaron preguntar a una chica que pasaba por su derecha. Ella iba con los cascos puestos y estos alcanzaban su máximo volumen. Los intentos del matrimonio por preguntarle por cómo se volvía a su hotel fueron fallidos. La mujer empezó a preocuparse ya que estaba atardeciendo; su marido vió que se acercaban otra pareja como ellos, parecían amables y aparentaban la misma edad. El hombre americano se adelantó a su mujer para preguntar a la pareja que tenía enfrente.

-Hola.
-Hola- contestaron al unísono.
-Do you speak English?
-No, no lo sentimos; ninguno hablamos francés- contestaron entre cortados la pareja sin conocer ni siquiera el idioma que la otra persona estaba hablando.

En ese momento, la pareja de americanos no sabían que hacer. La mujer miró hacia su izquierda.

-Why don’t we have a look at this place? It seems to be OK.

Se trataba de una casa. Parecía clásica aunque con una mezcla de estilos y el más característico era el mudéjar. Nada más entrar encontraron un jardín. Estaba lleno de árboles que crecían descontroladamente. Igualmente, encontraron fuentes que seguían en funcionamiento. Una de ellas estaba rodeada de árboles y pequeños matorrales. Se podía llegar a preciar la belleza del sonido del agua a través del jardín.

La pareja continuó su recorrido por un porche el cual poseía en toda su parte superior una hiedra que crecía sin control alguno.
Subieron unas pocas escaleras, no sabían dónde se introducían pero, aún así, abrieron la puerta. Se encontraron las luces dadas.

La primera instancia era muy amplía y sus paredes estaban llenas de cuadros. En varios de ellos apreciaron la palabra Clotilde. De entre todos esos cuadros desconocidos para ellos, les llamó la atención uno bastante especial. Casi toso el cuadro se basaba en distintas tonalidades de blanco pero en la parte superior se encontraron unas manchas oscuras. Parecía el rostro de una mujer y a su lado parecía haber un niño recién nacido. Permanecieron inmóviles ante este cuadro durante varios minutos. Finalmente, la mujer desvió su mirada hacia otra instancia y su marido pudo escuchar Let’s go. Este obedeció aunque no sin dejar de observar el claro dominio del autor de la obra en el color blanco.

Se adentraron en otra sala. Esta tenía una mesa en el medio de la estancia y era más oscura que la anterior. Continuaron encontrando cuadros, aunque el tema de estos se trataba del mar. Seguían impresionados por la cantidad de obras de tan alta calidad que había en el interior de la casa que habían encontrado.

En frente de esa sala se podían apreciar unas escaleras. Según las iban subiendo leyeron en una fotografía, la cual estaba en blanco y negro, “Con cariño, de Victoria Eugenia”. Ninguno de los dos le dio importancia a la dedicatoria de la fotografía pero encontraron instantáneas parecidas según terminaban de subir las escaleras. Todas ellas estaban en sepia y parecía de comienzos del siglo XX.

La siguiente parada en su trayecto fueron trajes regionales de España pero todos estos pintados. Galicia, Cantabria, Valencia e incluso una gitana bailando flamenco. Los dos desviaron la mirada hacia el cuadro de los trajes típicos de Valencia. Destacaban las luces y las sombras, las falleras, los falleros, los naranjos entre los que se encontraban.

El marido pronunció el nombre de quién se suponía que había impresionado el cuadro. Un tal Solla y Bastida.

Una señora les sorprendió. Iba vestida con camisa blanca remangada debido al calor, falda negra lisa y un pañuelo atado al cuello en conjunto con el color de la falda. Muy respetuosamente se acercó al matrimonio y en un perfecto inglés les dijo I am sorry but the author of all these mater pieces is called Joaquín Sorolla y Bastida.

La mujer americana intentó repetir el nombre: Joquín Srlla.

7.27.2011

Our Faith

Una de ellas comenzó a caer desde una altura que pocas habían conseguido. Era la primera que llegaba a descender. No sabía que tras ella habría muchísimas más que se arriesgarían a hacer lo mismo.

La segunda comenzaba a bajar. Atravesó los mismos caminos y adversidades que había tenido la primera.

Al fin se encontraron en el mismo lugar pero durante diferentes segundos. La primera ya estaba cansada de esperar y continuó bajando. Llegó a su destino.

La segunda era indecisa; no sabía qué hacer. Decidió esperar y descansar un rato. Hasta que la tercera llegó; al mismo lugar donde la primera y segunda se había encontrado.

La segunda en ese momento realizó el mismo recorrido que la primera. Abandonó para encontrar su lugar, su sitio.

Esto sucedió infinitas veces.

Eran gotas de agua que caían, se encontraban y continuaban su descenso.

La Gioconda

-¿Por qué no vamos a ver La Mona Lisa?

-Vale.

La conversación fue bastante breve. Ambas sabían lo que querían. Se complementaban bastante bien. Las dos eran muy diferentes pero llevaban más de diez años siendo amigas.

Una de letras puras, con claros y futuros conocimientos de latín y griego. Una devora libros, ratón de biblioteca. Amante de Japón, del japonés, del ramen, incluso X-Japan.
Conocedora del arte (su Bernini y Leonardo Da Vinci).
Escritora. Dibujante de manga.
Tímida cuando alguien la mira.
Con mirada de color miel, verde, amarilla.
Sonrisa blanca.
Olor de champú Garnier.
Tacto blanco.
Gótica en todos los sentidos
Color: negro, violeta.

La otra de letras pero sin conocimiento de ello. Una indie en potencia que cada vez intentaba encontrarse más dentro de sí misma.
También conocedora del arte(su impresionismo).
Tímida aunque superándolo con los años.
Mirada oscura, casi negra.
Orejas demasiado pequeñas.
Unknown smell.
Pelo corto, rizado, con movimiento.
Color: azul, naranja.

Tras esa pequeña conversación, se dirigieron hacia el pasillo donde se encontraba la Monalisa. La estuvieron contemplando, su mirada, su sonrisa, su composición, su perspectiva, su técnica, su esfumatto y su color.

Algo era distinto y se percataron de ello. El famoso cuadro parecía haber perdido vida. Se había quedado sin color. Su enigmático significado había desaparecido.

De repente, escucharon gritos y risas por la parte izquierda de la sala; eran sus amigas que estaban llegando al pasillo donde se encontraban las protagonistas pero no para observar la obra.

-¿Vamos al baño?- dijo una de las amigas recién llegadas
-Sí, anda, antes de que llegue la profe de Historia.

Las dos amigas se dieron cuenta de la realidad, Estaban mirando una copia barata de la obra de arte de Da Vinci. Estaban en el pasillo de su colegio y llegaban tarde, como de costumbre, a clase de Historia.

Risa

-¡A qué no sabes lo que he conseguido!- le preguntó con mirada sonriente tras ver que la profesora de economía entraba por la puerta, siempre con el mismo aire monótono y repitiendo Buenos días.

-¡Sorpréndeme!- respondió su compañera de mesa. Además de classmate también era una de sus amigas y estaba comenzando a inquietarse por saber lo que le traía su compañera.

-Me he bajado un programa para la Blackberry que cuando sacas fotos no hace ruido.

Su compañera et amie no entendía para que servía la información que le acababa de dar pero rápidamente salió de dudas.

-Ahora podemos sacar fotos durante la clase de economía a la profe, Risa.

En ese mismo instante ambas estallaron a reír mientras que el revuelo de la clase se calmaba al ver entrar a la profesora.
Las dos amigas querían llegar a demostrar how boring economics classes with Risa were y si para ello había que sacar fotos con los móviles, esto se haría.

Sus intentos no comenzaban ese día sino que desde el principio de curso lo llevaban intentando without success. La primera vez fue un pequeño fracaso. Se trataba de sacar a Risa en la peor posición posible y a poder ser sin que se apreciara su belleza. En este intento también colaboró una compañera, Rocío, que traía de quicio a la profesora pero que a nuestras protagonistas les caía muy bien. Al final, la foto acabó con Risa entrando en la clase, cerrando la puerta de esta y diciendo “Rocío siéntate en tu sitio o te vas a la Permanencia”(uno de los mejores lugares del colegio; en él siempre te encontrarías al profesor de Plástica y Visual pasando el tiempo y además te dejaban dormir).


Pero tras este intento llegaría el más importante y para ello se había entrenado les amies. La dueña de la Blackberry había buscado día y noche cómo quitar el sonido a la cámara del Smartphone; pero sin éxito. Primero Ajustes de la cámara, después Configuración de la Black y finalmente, Internet (la salvación de toda personas). Al final, encontró un programa (muy chuli- palabras literales) donde podías quitar el sonido del móvil.

A la mañana siguiente llegó emocionada a clase, tenía que contárselo a su amiga y eso hizo. Así llegamos a nuestro principio, las dos amigas veían que era su única oportunidad y no la podían dejar pasar: tenían que llegar a demostrar el tedio que llegaban a soportar durante esas clases.
Risa estaba sentada en su silla intentando explicar la ampliación de capital cuando la foto fue tomada. Nadie se dio cuenta (todo el mundo estaba demasiado dormido) solo ellas dos.

Indiana Jones

-Yo creo que se refiere a que es muy de Indiana Jones.

Tras este comentario cinco personas en la habitación no podían dejar de reírse. Querían llegar a dar una explicación de lo que pasaba pero no podían, se les escapaba de las manos. ¿Cómo definir algo que ha comenzado hace pocos años, poca gente conoce y sin bases concretas?

Aparte de ese comentario sobre la famosa saga se escuchó otra pregunta.

-No, ahora en serio, ¿cuál es la palabra que no dejáis de repetir? ¿lindi?¿indian?

Una mod con flequillo recto recién cortado le responde, entre risas, la palabra tan sonada durante toda la velada: INDIE. La otra, también con flequillo recto pero este rubio, continua su peculiar interrogatorio.

-Y, ¿qué significa eso?

La mod, que le había contestado anteriormente, decide terminar resolviendo todas sus dudas sobre ese misterioso término ya que intrigaba a más de 4 personas en la conversación.

-A decir verdad, es que no lo sé definir; yo a todas las personas que me hacen esa pregunta les mando a la Wikipedia.

A la vez que esta conversación llegaba a su fin, se podía observar una escena un tanto peculiar y dividida en dos grupos totalmente diferentes y opuestos.
Por un lado, dos gemelas y el novio de una de ellas; las dos hermanas con flequillo recto y un parecido bastante apreciable.
Por otra parte, una amalgama que es difícil de disolver a pesar del poco tiempo que llevan juntas entre sí.

Una gótica que cumplía 18 años, a pesar de su look asiduo de gótica-lolita, ese día había decidido por camisa tipo leñador de su segundo color favorito: el violeta.

Una indie en potencia que cada vez intentaba parecerse más a los que te encuentras por Malasaña. El proceso empezó poco a poco. Primero: grupos de música imprescindibles (The Strokes, Arcade Fire...). Segundo: asistir a conciertos de grupos no tan conocidos para que vean así el apoyo de los jóvenes(y no tan jóvenes)(Pony Bravo, The Vivian Girls...). Tercero: corte de pelo radical (media melena).

Una mod amante de Quadrophenia y los sesenta (aunque con algunas modificaciones en la vestimenta).Esta mod fue la introductora de todos los movimientos mod e indie entre este grupo; finalmente se ha dejado seducir por los mods y su amor hacia las Vespas o los elepés.

Una obsesa por conocer las tribus urbanas con sus características (incluyendo su forma de vestir); a tanto llega que es capaz de empollarse varios libros para saber la diferencia entre los raperos y los hiphoperos.

Y, por último, una miope con pelo de media melena (fosco), camiseta y falda marinera, pañuelito al cuello (también marinero) y manoletinas.

La situación estaba bastante bien definida aunque faltaba una persona también importante: el novio de la cumpleañera. Un filósofo que decidió no intervenir en la conversación (como solía hacer en la mayoría de las ocasiones). Sin embargo, de vez en cuando, intervenía solo para hacer comentarios oportunos y eruditos.