8.08.2011

-Justiniano, Justiniano. ¡Un poco más hacia la izquierda!

Él obedeció inmediatamente. Había estado varias horas de pie estoicamente, aguantando la misma posición.
Llevaba bastantes días haciendo lo mismo y no sabía si podría aguantar durante una semana más.

Tenía que ir vestido para la ocasión. No le gustaba tener que llevar puestas unas vestimentas concretas, ni tampoco que le obligaran a ello. Prefería algo más casual y con pocos adornos.

Detrás de él había algunas personas, todas ellas varones. Eran muy bien conocidos por las personas que vivían por la zona. Justiniano había querido incluirles porque le sirvieron de gran ayuda a la hora de escribir los libros los cuales, más adelante, se recopilarían.
Entre todos ellos destacaba uno, su mejor amigo, Max. Le había empujado a meterse en ese mundillo, para cumplir lo que él siempre había soñado.

Por otra parte y siempre presente, se encontraba su compañera como él la llamaba. Parecían de la misma edad, quizá él unos años más pequeño que ella, morena, con ojos oscuros. Antes de estar con él, se había dedicado a ser actriz. Para él, era su apoyo incondicionable, su sustento.

A Justiniano o Justin (para los americanos) le empezó a doler la cabeza estaba pensando en su tocayo y su mujer, Teodora, y las teselas que había observado hace dos días en el tour que había realizado por toda Italia. Su novia, Selena, se encontraba a su lado, estaban en un photocall de un recién estrenado Macy’s en Los Ángeles.