7.27.2011

Our Faith

Una de ellas comenzó a caer desde una altura que pocas habían conseguido. Era la primera que llegaba a descender. No sabía que tras ella habría muchísimas más que se arriesgarían a hacer lo mismo.

La segunda comenzaba a bajar. Atravesó los mismos caminos y adversidades que había tenido la primera.

Al fin se encontraron en el mismo lugar pero durante diferentes segundos. La primera ya estaba cansada de esperar y continuó bajando. Llegó a su destino.

La segunda era indecisa; no sabía qué hacer. Decidió esperar y descansar un rato. Hasta que la tercera llegó; al mismo lugar donde la primera y segunda se había encontrado.

La segunda en ese momento realizó el mismo recorrido que la primera. Abandonó para encontrar su lugar, su sitio.

Esto sucedió infinitas veces.

Eran gotas de agua que caían, se encontraban y continuaban su descenso.

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